Los pescadores artesanales de Ilo han manifestado su firme rechazo a la instalación de una planta desalinizadora de agua, argumentando que esta infraestructura podría poner en riesgo la sostenibilidad de los recursos hidrobiológicos y afectar la biodiversidad marina.
Según los gremios pesqueros, el proceso de desalinización conlleva la descarga de salmuera y otros residuos al mar, lo que alteraría el ecosistema y podría impactar negativamente en las especies marinas de las que dependen para su actividad.
Otro punto de controversia es el destino del agua producida. Los pescadores critican que el principal beneficiario sería el sector minero y no la población de Ilo, que también enfrenta problemas de acceso al agua potable.
Ante esta situación, han solicitado a las autoridades que no aprueben el proyecto y que evalúen alternativas sostenibles para garantizar el acceso al agua sin comprometer la pesca artesanal, una actividad fundamental para la economía y la identidad de la región.
Se espera que en los próximos días se realicen reuniones entre los pescadores, autoridades y representantes del proyecto para buscar una solución que concilie el desarrollo con la preservación del medio ambiente y la actividad pesquera.
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